De la albahaca reconozco que posee propiedades medicinales, entre ellas, que evita la proliferación de bacterias como la Echerichia Coli y Staphylococcus aureus. También sirve para mejorar problemas cardiovasculares y tejidos inflamados. La albahaca seca dura muchísimo, mientras que cuando está fresca, tiene otros cuidados, lejos de la luz directa puede durar hasta 2 semanas y sus propiedades se mantienen. Sin embargo, para una duración más prolongada, la opción ideal es llevarla al congelador. Lo que debemos hacer es desprender las hojas de los tallos que luego podremos desechar sin problemas, se lavan las hojas, se secan con un paño o papel de cocina y se colocan en una bolsa hermética en el congelador. Para mayor practicidad, dividirlas en raciones para solo utilizar la cantidad deseada sería lo ideal.

En cuanto a la compra, las podemos encontrar en los supermercados en bolsitas herméticas y apiladas en ramos. Yo la encontré fresca en un supermercado llamado Ekonomar, ubicado en Cumaná, Estado Sucre, Venezuela. Antes las había visto en otro comercio, pero no las compré porque no se veían frescas y estaban bastante marchitas, muchas hojas ya tenían zonas oscuras. Las que elegí se veían frescas, de un color verde intenso, agradable a la vista, sus flores se veían frescas también, estaban enteras al igual que sus hojas, sin moho, se veían sanas, no estaban marchitas, solo que por el frío ya las hojas se veían algo caídas y es normal. En los mercados que las tienen a temperatura ambiente las podremos ver más vivarachas.